En esta línea se desarrollan modelos que explican los comportamientos generales y particulares de los agentes económicos, el proceso de interacción entre agentes con diferentes intereses, y entre dichos agentes y el medio ambiente. Se intenta dar respuesta a problemas propios de la realidad económica mediante herramientas de análisis que permitan entender los motivos y las consecuencias del accionar de la actividad económica de los individuos y sus repercusiones sobre el medio ambiente y la sociedad. Su diseño, estructura y construcción, favorece el análisis de esta interacción, así como el diseño de políticas que permitan la continuidad futura de la actividad económica. Estos modelos permiten:

• entender y explicar situaciones conflictivas, con el fin de proponer soluciones, partiendo que los individuos se comportan racionalmente; aunque también se modelan los casos donde el individuo no es racional (e.g., la existencia de externalidades), y
• evaluar mejoras tecnológicas que permitan superar el uso intensivo de insumos naturales y reducir las repercusiones de la actividad industrial sobre el medio ambiente, además de plantearse escenarios diferentes en los que se podría desarrollar la actividad futura.

La formulación de modelos de equilibrio general, de crecimiento económico o desarrollo tecnológico, propios de la teoría económica, son ajustados convenientemente al objeto de estudio para identificar las tendencias que caracterizarán el posible futuro económico de la sociedad. Asimismo, los modelos de insumos-producto, de contabilidad social o las características de la tecnología existente, permiten el análisis de las posibilidades reales de transformación económica a partir de la realidad inmediata.